viernes, 7 de diciembre de 2007

un regalo



Después de 50 años de intentos varios, J. E. Pacheco logra la mejor traducción del famoso poema de Baudelaire. Un regalo:


A una que pasa


La avenida estridente en torno de mí aullaba.
Alta, esbelta, de luto, en pena majestuosa,
Pasó aquella muchacha. Con su mano fastuosa
Casi apartó las puntas del velo que llevaba.


Ágil y ennoblecida por sus piernas de diosa,
Me hizo beber crispado, con un gesto demente,
En sus ojos el cielo y el huracán latente,
El dulzor que fascina y el placer que destroza.


Relámpago en tinieblas, fugitiva belleza,
por tu brusca mirada me siento renacido.
¿Volveré acaso a verte? ¿Serás eterno olvido?


¿Jamás, lejos, mañana?, pregunto con tristeza.
Nunca estaremos juntos. Ignoro adónde irías.
Sé que te hubiera amado. Tú también lo sabías

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